Sin importar lo que tengamos y a quienes tengamos a nuestro lado, los seres humanos llevamos en nuestras vidas un gran vacío espiritual, vacío que únicamente puede ser llenado por DIOS.
Juan, capítulo 6, versículo 63 nos dice lo siguiente:»El espíritu es el que da vida, la carne para nada aprovecha, las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida».
Solamente las palabras de nuestro Padre Celestial pueden darnos vida, mientras no reconozcamos a nuestro Creador, mientras no lo recibamos en nuestra alma, mientras no lleguemos a él arrepentidos, mientras no escuchemos su voz y sigamos sumergidos en las profundas vanalidades y distracciones de este  mundo, nuestras vidas no encontrarán sentido, iremos de aquí para allá llevados por la estrepitosa rutina de la vida, navegando como barca sin rumbo.
Necesitamos detenernos en  nuestro camino y dejar de engañarnos al creer que los ´placeres y deleites de este mundo llenan el vacío espiritual que hay en nuestras vidas, como bien lo expresa el apóstol  Juan, en el capítulo 41, versículo 3, al hablarnos de la mujer Samaritana quien vanamente llevada por su pecado de lujuria pretendía llenar su vacío espiritual teniendo en su vida muchos hombres, hasta que tuvo un encuentro personal con Dios, sintiendo así un ardiente deseo de calmar su sed y su vacío espiritual con la verdadera agua de vida, la cual es la PALABRA DEL SEÑOR.
Necesitamos buscar a nuestro Padre Celestial, postrarnos ante él arrepentidos, reconociendo sinceramente nuestra condición de pecadores y  nuestra fragilidad humana, bien lo expresa el apóstol Juan en el capítulo 6, versículo 35.  «YO soy el pan de vida; el que a mí viene nunca tendrá hambre, el que cree en mí no tendrá sed jamás».
Debemos creer en Dios con todo nuestro ser, debemos creerle a Dios porque solamente nuestro Padre Celestial tiene palabra de Vida Eterna.
Que esperamos, busquemos a Dios, busquemoslo YA, ahora que podemos hallarlo, no esperemos que se cierre la puerta del arca y ya sea demasiado tarde, solamente en la Palabra de nuestro Padre Celestial está la vida.
Que la paz de Dios sea con todos ustedes.