SALMO 23

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Muchos cristianos y no cristianos conocen el Salmo 23. Algunos lo saben de memoria. Pero ¿realmente hemos descubierto las numerosas preciosidades espirituales que contiene?

En este inicio de año, es bueno recapitular sobre nuestras vidas y hacer un énfasis sobre nuestros hechos y nuestra fe, es por esto que Escribo este tema, para tratar de llevar descanso, paz y alivio a muchos corazones atribulados y a aquellos que están pensando en abandonar el camino, como lamentablemente al volver a este país, he podido comprobar

Aunque el Salmo que vamos a tratar es muy conocido, creo que sería conveniente comenzar leyéndolo. Dice así:

«Salmo de David. Yhwh es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Yhwh moraré por largos días».

Este «Salmo de David», el Salmo 23, es seguramente el salmo más conocido y más famoso de todos. Y cuando David usó en él la imagen de un pastor que pastorea sus ovejas, sabía de qué hablaba. Pues él mismo era pastor de ovejas.

Cuando el profeta Samuel quiso ungir como rey al joven David, tuvieron que ir a buscarlo a donde pacían las ovejas, así lo leemos en 1 Sa. 16:11: «Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos todos tus hijos? Y él respondió: Queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí». Con relación a esto, el Salmo 78:70 y 71 nos dice: «Eligió a David su siervo, y lo tomó de las majadas de las ovejas; de tras las paridas lo trajo, para que apacentase a Jacob su pueblo, y a Israel su heredad.»

La Biblia no nos dice si David compuso este maravilloso Salmo 23 cuando estaba pastoreando las ovejas. Pero sí es cierto que, como pastor, siempre estaba ocupado en cosas como pastos verdes, agua fresca, vara y cayado.

Quiero compartir con ustedes algunos pensamientos, como introducción al Salmo 23:

En muchos de los pasajes bíblicos que contienen una promesa, existe también una clave para poder recibir lo prometido por Dios. Un ejemplo clásico es el Salmo 50:15: «E invócame en el día de la angustia; te libraré, y tú me honrarás.»Esta maravillosa promesa ya ha ayudado a muchos hijos de Dios en momentos de angustia. Pero se necesita la clave para poder recibir la plena bendición. La encontramos en el versículo 14:«Sacrifica a Dios alabanza, y paga tus votos al Altísimo…» La conjunción «y» o «e» en este caso (… e invócame en el día de la angustia…»), demuestra la relación entre estos dos versículos. El que quiere que el Señor lo libre de la angustia, tiene que usar la llave correcta para abrir esta «puerta de bendición»: «Sacrifica a Dios alabanza, y paga tus votos al Altísimo.»(No me refiero a dinero como muchos lo usan), Siempre he enseñado en la congregación, que delante de cada promesa, existe una demanda, el labrador para participar de sus frutos primero debe trabajar en la viña.

Veamos cuál es la clave para el Salmo 23

ovejasEn el Salmo 23 versículo 1, tenemos un grandioso testimonio de David: «Yhwh es mi pastor…» ¿Quién es el pastor de David? ¡El Señor! A veces olvidamos que CRISTO no solamente es nuestro Pastor, sino también nuestro Señor. Él nos compró por el alto precio de Su sangre. Nos gusta la idea de que Él, como buen Pastor, tenga Su mano protectora extendida sobre nosotros y día y noche y nos guíe. Pero no siempre nos viene bien que Él como Señor también dirija cada área de nuestra vida.

Es verdad que un pastor cuida y protege a su rebaño y guía a sus ovejas con mucho sacrificio personal y paciencia, pero también espera que sus ovejas lo sigan y le obedezcan. Lo mismo pasa en el discipulado de Yeshua. Esto se desprende claramente de Sus palabras de Juan 10, versos 11 y 14, donde el Señor habla de Su maravillosa protección: «Yo soy el buen pastor», y de Su omnisciencia: «… y conozco mis ovejas…». Y los versos 3 y 4, nos hablan también de la obediencia en el verdadero discipulado: «A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz» . Ahora pensemos, ¿esto funciona así en la Iglesia de Yeshua en el mundo entero? Lamentablemente no. Hay muchas ovejas que se desvían del camino. Pero cuando un hijo de Dios se da cuenta de que perdió el camino en pos del Señor – ya sea por pensamientos o hechos pecaminosos, u omisiones – hay una única solución: volver lo más rápido posible al buen Pastor, el Señor Yeshua, y confesarle el o los pecados, para que Su sangre pueda limpiarlo, como lo dice 1 Juan 1:7 y 9.

En la antigüedad, Dios, el Señor, tuvo que decir con tristeza acerca de Su pueblo Israel: «Ovejas perdidas fueron mi pueblo» (así dice Jer. 50:6), y en Ez. 34:5 y 6 leemos: «… andan errantes… Anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes…». ¿Por qué estas palabras tan duras? ¿Por qué anduvo perdido el pueblo en aquel entonces? Porque había dejado a su Señor y por eso no tenía más un verdadero pastor. Y lo mismo también en el día de hoy: Donde no se acepta verdaderamente el señorío de Dios en todas las áreas de la vida, no es de asombrar la dolorosa falta del buen Pastor.

Cuando el Salvador estuvo en la tierra y vio a Su pueblo Israel, se entristeció mucho. Leamos Mt. 9:36: «Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor». ¿Por qué las ovejas de Israel andaban tan «desamparadas y dispersas»cuando Yeshua vino por primera vez? Porque habían sido infieles a su Señor y, por lo tanto, no tenían más Pastor. No es que no existiera el clérigo, muchos Fariseos, Publicanos, herodianos, líderes religiosos, pero al final NINGUN PASTOR, al igual que hoy día.

Si tú, en tu vida de fe, haces una fatal separación entre el Pastor Yeshua y el Señor Yeshua, si amas al Pastor pero te resistes al Señor, entonces no te asombres cuando finalmente también pierdas Su protección y cuidado. Pues tu buen Pastor también quiere ser tu Señor; no podemos separarlos en nuestra vida de fe. Es ahí donde muchas personas solo buscan las bendiciones y las promesas de Dios, mas desechan la obediencia y la santidad.

El Señor nos explica claramente esta verdad espiritual, al decir en Juan 15:15:«Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer». Esto es un motivo de gran alegría para nosotros. Pero no podemos ser «amigos» del Señor así no más, sino solamente cuando Le obedecemos, y esto lo vemos en el vers. 14: «Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando». También aquí, en el versículo 14 encontramos la clave para la promesa del versículo 15, donde nos llama Sus amigos. ¡Yeshua no es solamente el buen Pastor, que pastorea Sus ovejas en delicados pastos y los lleva a aguas refrescantes, sino que también es el Señor, que exige entrega y obediencia de los suyos!

Hoy en día se predica mucho acerca del amor y de la misericordia de Dios, y de Su disposición a perdonar, y se hace con toda razón. Sin embargo, ésta es sólo una cara del Evangelio. Pues la Escritura no solamente dice en 1 Jn. 4:16: «Dios es amor», sino que dice también en el Sal. 105:7: «El es Yhwh nuestro Dios; en toda la tierra están sus juicios».pradera

Si perteneces al rebaño de Cristo, si has sido comprado por el alto precio de la sangre de Yeshua y has llegado a ser Su propiedad, te hago una pregunta sumamente seria: ¿Es Él, el buen Pastor, también el Señor de tu vida? ¿Es Él el Señor de tu familia, el Señor de tu matrimonio, el Señor de tu tiempo, el Señor de tu trabajo, el Señor de tu dinero, el Señor de tu auto, el Señor de tu cuerpo y el Señor en todas tus decisiones? ¿Sí? Entonces CRISTO, el buen Pastor, en quien «habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad» (como asegura Col. 2:9), también es tu Señor. Y entonces puedes decir confiadamente, como David: «El Señor es mi Pastor.»(Lucas 6:46  ¿Y por qué me llamáis: «Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?) (Mt 7:21 No todo el que me dice: «Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.)

Continuamos entonces, con la segunda afirmación del Salmo 23:

«… nada me faltará».

Con estas palabras termina el primer versículo del Salmo. Quizás la pregunta obligada que nos hacemos es: ¿A quién no le faltará nada? Y ésta es la respuesta: Al cristiano renacido, para el cual el buen Pastor es al mismo tiempo también su Señor. Y con relación a esto es muy revelador también lo que dice el Salmo 34:9 y 10: «Temed a Yhwh, vosotros sus santos, pues nada falta a los que le temen. Los leoncillos necesitan, y tienen hambre; pero los que buscan a Yhwh no tendrán falta de ningún bien.»

Por eso: ¡ponte bajo el cuidado de tu buen Pastor, y sé sumiso a tu Señor! De esta manera se cumplirá lo que dice en Filipenses 4:19: «Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Yeshua.»

Y vamos a analizar ahora la próxima afirmación, que es: «Confortará mi alma».

Leemos en los vers. 2 y 3 del Salmo 23:«En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma.» Todo esto es expresión de equilibrio interno, calma del alma y de un corazón que se ha aquietado delante del Señor. Por todas partes en la actualidad aumenta el estrés, la debilidad y la inquietud, lo que también invade el campo cristiano. Sin embargo, nuestra gran ventaja, como hijos de Dios, es que podemos pedir a CRISTO en oración que nos dé Su calma y Su paz. Pues hoy, más que nunca, necesitamos lo que nos describen los versículos 2 y 3: los pastos delicados, las aguas de reposo y la confortación de nuestras almas.

El buen Pastor no quiere atormentar a los suyos, sino que quiere darles una y otra vez el reposo que necesitan. Lo vemos, por ejemplo, en Marcos, capítulo 6. En el versículo 7, leemos como los doce discípulos son enviados para hacer grandes cosas en el nombre de Cristo:«Llamó a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos.» Los doce obedecieron y cumplieron esta importante misión. Leemos en los vers. 12 y 13: «Y saliendo, predicaban que los hombres se arrepintiesen. Y echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos, y los sanaban». Luego regresaron a Yeshua para contarle con alegría todo lo que había pasado. Así lo narra el vers. 30:«Entonces los apóstoles se juntaron con Yeshua, y le contaron todo lo que habían hecho, y lo que habían enseñado». ¿Se alegró el Señor por eso? ¿Los alentó enseguida a seguir adelante? No. Solamente les dijo lo que leemos en el vers. 31: «Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco». El propio Señor Yeshua llevó a Sus discípulos a «lugares de delicados pastos» y «a aguas de reposo», para confortar sus almas. Los tomó de la mano y los guió a un lugar tranquilo que Él conocía. Así, pues, fueron juntamente con Yeshua,«solos en una barca a un lugar desierto»(como relata el vers. 32).

salmo23a¿No fue un buen trabajo el que hicieron los discípulos para Yeshua? Sí, por supuesto, ya que Él mismo los había enviado. Pero ¿por qué no reaccionó Él a lo que ellos Le contaron? ¿Por qué, en lugar de eso, los llevó a un lugar de reposo? Porque el Señor sabía exactamente que Sus discípulos estaban exhaustos. Y Él también sabe cuándo nosotros estamos estresados y cansados, cuando la lucha de fe casi nos aplasta. Y ¿qué hace entonces? Trata de llevarnos a pastos delicados y aguas refrescantes. Ésta siempre fue la intención del Señor también para Israel, por eso le dijo a Su pueblo lo que encontramos en Isaías 30:15: «En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Y no quisisteis».

¡En la actualidad, hay más hijos de Dios estresados y agotados que nunca antes. Muchos hermanos en la fe están postrados, tristes, y hasta depresivos. En esta situación algunos, incluso, buscan ayuda en el alcohol y en las tabletas, para encontrar un poco de sosiego. Es evidente que éste es un bumerang peligrosísimo. En lugar de esto, podrían refugiarse a cada momento en los brazos de Yeshua, su buen Pastor. Pues nuestro Señor tiene solamente un deseo para Sus hijos estresados, como lo tenía en aquel entonces para los discípulos exhaustos: llevarlos al descanso, antes que se derrumben bajo la carga del trabajo y los problemas de la vida. Él siempre actuará de la manera que encontramos descrita en Isaías 42:3: «No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia.» Pero hay muchos que no quieren dejarse ayudar por Él, o simplemente han perdido de vista al buen Pastor.

«Pero sólo una cosa es necesaria…»

Muchos cristianos se cansan trabajando según sus propios planes, sin preguntar por la voluntad del Señor. También el pueblo de Israel pensaba poder hacer las cosas sin el Señor. Pero Dios justamente quería llevar a Su pueblo, cansado de sus propias luchas, a delicados pastos y aguas refrescantes. Y volvemos a citar Isaías 30:15: «En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza.» Sin embargo, el pueblo fue reacio, como leemos en el vers. 16: «Y no quisisteis, sino que dijisteis: No, antes huiremos en caballos…».

¡Debemos tener el deseo y la disposición de decir sí, cuando el buen Pastor nos quiere llevar al reposo!

Cuando el Señor Yeshua estaba con las hermanas Marta y María en Betania, Marta trabajaba mucho para atender dignamente al Señor. María, sin embargo, se sentó a los pies del huésped y Lo escuchó. Viendo esto, Marta se enojó y pidió al Señor que le dijera a María que le ayudara (como podemos leer en Lucas 10:40). Pero, en los vers. 41 y 42, vemos que el Señor Yeshua le respondió: «Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada».

Quiera Dios, mis amados, que tú también puedas escoger «la buena parte, la cual no te será quitada». Te invito a no perder el próximo programa, pues este salmo todavía tiene mucho que decirnos. Y juntos, queremos seguir meditando en la Palabra de Dios.

Analizamos la afirmación de los vers. 2 y 3 del Salmo 23: «En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma.» Dijimos que todo esto es expresión de equilibrio interno, calma del alma y de un corazón que se ha aquietado delante del Señor. Que por todas partes en la actualidad aumenta el estrés, la debilidad y la inquietud, y que esto también invade el campo cristiano. Pero, que sin embargo, nuestra gran ventaja como hijos de Dios, es que podemos pedir a CRISTO en oración que nos dé Su calma y Su paz. Pues hoy, más que nunca, necesitamos lo que nos describen los versículos 2 y 3: los pastos delicados, las aguas de reposo y la confortación de nuestras almas.

Mencionamos también que ¡Debemos tener el deseo y la disposición de decir sí, cuando el buen Pastor nos quiere llevar al reposo! Y vimos el ejemplo de cuando el Señor Yeshua estaba con las hermanas Marta y María en Betania. Marta trabajaba mucho para atender dignamente al Señor. María, sin embargo, se sentó a los pies del huésped y Lo escuchó. Viendo esto, Marta se enojó y pidió al Señor que le dijera a María que le ayudara (Lucas 10:40). Pero el Señor Yeshua le respondió en los vers. 41 y 42: «Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada».

Muchos hijos de Dios hoy en día son dominados por esta misma actitud: Agotan sus fuerzas en el trabajo, en la familia, en el ministerio para el Señor, sin escuchar Su voz y sin disposición de hacer Su voluntad – y están al borde de un colapso nervioso. Sin embargo, ya hace mucho que el Señor quiere guiar a estas personas a delicados pastos y aguas refrescantes, para confortar sus almas.

María aprovechó la ocasión cuando Yeshua estuvo de huésped en su casa, y a todo costo quiso escuchar lo que Yeshua tenía para decirle. Leemos en el vers. 39, de Lucas 10: «Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Yeshua, oía su palabra». En María, vemos al hijo de Dios que ha entrado en el reposo. Ella permitió que el Señor la guiara hacia los delicados pastos y las aguas refrescantes, y fue confortada por Él. Y es justamente lo que el buen Pastor con tanto gusto nos quiere dar. Sin embargo, no es fácil encontrar la quietud en medio de la agitación de la vida diaria. Hay que tener una firme disposición para esto. Tiene que ser el deseo del corazón el volver a encontrar la quietud.

La profunda quietud solamente la encontramos en la comunión con Yeshua, en la intimidad, en su presencia, descansando en sus manos

No nos sirve saber teóricamente muchas cosas de la Biblia si no las practicamos. Dice Santiago: «Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.» ¿Cuál fue la experiencia de María cuando se sentó a los pies de Yeshua y escuchó Sus palabras? Ella encontró una renovada y profunda comunión con el Señor. Esto mismo quiere lograr el Señor contigo, llevándote hacia delicados pastos, guiándote al agua refrescante y confortando allí tu alma.

Él mismo es el «pasto delicado», el «agua refrescante» y la confortación para nuestras almas. Cuando imaginamos pastos delicados, pensamos en una pradera con pasto verde lleno de savia, en el fondo de un valle que emana una profunda quietud. Se dice que el color verde tranquiliza. Y este tranquilizador color verde tiene mucho que ver con Yeshua, que es la fuente de todo descanso. En Mateo 11:29, Lo escuchamos decir: «Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas«. CRISTO mismo te invita a venir a Él y a encontrar en Él el verdadero descanso. Él quiere llevarte a aguas de reposo. Y esto nos hace pensar en Juan 7:37 y 38:«En el último y gran día de la fiesta, Yeshua se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.» O también podemos pensar en Apocalipsis 22:17: «Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente» (y podríamos leer también el Sal. 36, vers. 8 y 9).

Además, el buen Pastor también quiere confortar nuestras almas. Esta confortación solamente la encontramos en Él mismo. Pero ¿cómo sucede esto en la práctica? El buen Pastor busca a la persona que ha comprado por Su sangre y se ofrece a sí mismo. En aquel entonces, en Betania, buscó personalmente a María y a Marta. Y también en este momento Él sabe cómo estás, y cómo es la situación en tu trabajo y en tu familia. Hoy Él se te ofrece a sí mismo por medio de la Palabra escrita. Él mismo dijo, lo que encontramos en Juan 5:39: «Las Escrituras… son las que dan testimonio de mí». Y en Lucas 24:27 leemos: «Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían.»

Estoy convencido de que un hijo de Dios preocupado e inquieto por las circunstancias de su vida, es atraído fuertemente por el Espíritu Santo hacia el buen Pastor. Es como si el Espíritu Santo le dijera: «Lo que necesitas son los delicados pastos y las aguas de reposo del Pastor.» Y el mismo Espíritu impulsa al hijo de Dios a abrir las Escrituras, por medio de las cuales CRISTO se quiere manifestar a él. Si te sientes impulsado a leer la Biblia, hazlo. Pues entonces el buen Pastor te guiará a delicados pastos y aguas de reposo, para confortarte allí.

También David estuvo exhausto, sin ánimo y sin fuerza, como leemos en 1 Samuel 30:6: «Y David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo… mas David se fortaleció en Yhwh su Dios.» Yo también puedo testificar que muchas veces el Señor, cuando me sentía vacío y exhausto, me fortaleció y me animó nuevamente por Su maravillosa Palabra. ¡El buen Pastor me guió de nuevo a Su reposo por medio de Su Palabra! Amados hermanos, es nuestro sincero deseo que el Buen Pastor pueda guiarnos, a ustedes y a nosotros, de nuevo a Su reposo por medio de Su Palabra. Quiera Dios que nuestro corazón esté dispuesto a fortalecerse en Dios, porque solamente así encontraremos descanso para nuestras almas. ¡Deseo de todo corazón que así sea!

Si tiene preguntas, inquietudes o peticiones de oración, escribanos a iglesialapalabradelreino@gmail.com.

Bendiciones

Carlos

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